No basta con un programa ni con un protocolo o una política, tenemos que tener una campaña permanente de información, sensibilización y capacitación.
Laboratorios Bagó Chile es la primera empresa del país que cuenta con una política de prevención de la violencia de género doméstica en el espacio laboral. Es pionera en preocuparse por la violencia doméstica y su impacto en la vida de colaboradores y colaboradoras y en la organización. Reconocen que el impacto de la violencia doméstica es “tremendo”, aunque muchas veces esté en la sombra: “produce tensión incluyendo a las jefaturas, hay mucha vulnerabilidad en la persona que está viviendo el problema lo que la hace propensa a accidentes laborales, y aumentan las licencias por estrés”, señala Marcela López, Gerenta de Personas de la empresa en Chile.
Para abordar esta problemática, Laboratorios Bagó de Chile se dotó –hace ya una década- de una Política de Prevención de la Violencia de Género que contempla medidas de prevención y apoyo dirigidas no solo a las trabajadoras que están viviendo violencia doméstica, sino también a los hombres, ya que quienes ejercen estas prácticas están también en el lugar de trabajo. Con ellos se aplica un enfoque de reeducación, basado en la responsabilización por sus actuaciones, invitándoles a tomar conciencia de que la violencia no es el camino de resolución del conflicto de pareja y facilitando a los agresores que puedan someterse a una terapia reparatoria.
Un factor clave para el éxito de la política es la participación de la alta dirección, que impulsó el tema con compromiso e involucramiento. Otra clave es la participación del sindicato -en una mesa tripartita- y del comité paritario: “Ellos han sido responsables de la difusión, comunicación permanente, de la invitación a los talleres, capacitaciones y en la pesquisa de casos”. Otro elemento destacado, es la conformación de una red interna de monitores/as de Prevención de Violencia de Género, cuyo objetivo es poder detectar oportunamente casos de violencia intrafamiliar y ofrecer a las víctimas apoyo, contención y derivar a asesoría profesional, si la persona así lo decide. Esta experiencia ha sido gratificante ya que ha habido numerosas personas voluntarias para ser parte de la red y su capacitación es constante en la medida en que las personas van rotando, puntualiza López.
Finalmente, en base a la trayectoria de más de una década de la empresa abordando la violencia doméstica e intrafamiliar, la Gerenta de Personas extrae uno de los principales aprendizajes y recomendaciones: “no basta con un programa ni con un protocolo o una política, tenemos que tener una campaña permanente de información, sensibilización y capacitación”.