Cuánto tiempo dedica una persona a sus estudios, a la generación de ingresos, a las labores domésticas y de cuidado y a la recreación, varía según su edad y ciclo de vida, el territorio, el nivel socioeconómico, etc. Sin embargo, tal como revelan los estudios sobre el uso del tiempo en distintos países, el género es la variable que imprime mayores diferencias en el modo en que se organiza y distribuye el recurso temporal.
En el marco de la sostenida inserción de las chilenas al mercado laboral y, por tanto, de su progresiva renuncia a la dedicación exclusiva a las labores domésticas y de cuidados en el hogar, los recientes resultados de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT, 2015) permiten conocer las nuevas dinámicas familiares en torno a la división sexual del trabajo.
¿Cómo se han redistribuido las responsabilidades que implica el trabajo no remunerado entre aquellas parejas en que el hombre y la mujer trabajan remuneradamente? ¿Existe una inserción de los hombres en el espacio doméstico que compense las nuevas formas en que las mujeres se están posicionando en el mundo público? Este boletín analiza los patrones de división sexual del trabajo en parejas heterosexuales adultas, donde ambos están ocupados. Las conclusiones son alarmantes y dan cuenta de la urgencia de mayores niveles de corresponsabilidad social y familiar.