El presente boletín propone un análisis de la reforma a la jornada laboral -que plantea una reducción de 45 a 40 horas semanales- desde una perspectiva de género, poniendo al centro la reorganización y valoración del tiempo de trabajo de cuidados no remunerado, como base de la reproducción de la vida y el funcionamiento de la economía y la sociedad en su conjunto, tal como recoge Pulso de La Tercera.
El reimpulsado proyecto de ley de las “40 horas”, abre una oportunidad para repensar estrategias que confluyan en este objetivo a través de una organización más justa y equilibrada de los tiempos de trabajo, en el marco de un modelo de desarrollo que se fundamente en el derecho a los cuidados como uno universal.
La adaptabilidad de la jornada laboral surge como una herramienta con gran potencial para facilitar la conciliación entre la vida laboral y familiar, favoreciendo la productividad de las empresas y otorgando a las personas mayor soberanía sobre su tiempo. Esto implica, asimismo, generar arreglos de trabajo flexible que se adecúen a las necesidades de las partes involucradas, tomando en cuenta las dinámicas de las relaciones laborales en Chile.