Este 18 de septiembre, se celebró en la Catedral de Santiago el Te Deum Ecuménico, donde se exhortó a las máximas autoridades presentes a lograr un “gran acuerdo nacional” frente a problemáticas como la seguridad, el combate al crimen organizado y la corrupción, advirtiendo que se debe actuar “antes de que sea demasiado tarde”. El llamado fue respaldado por los líderes del Congreso y del Ejecutivo en medio de las celebraciones de Fiestas Patrias, momento en que el país hace una pausa para conmemorar su Independencia, compartir con familia y amigos, y reencontrarse con las tradiciones que nos unen como nación.
Y ciertamente lo que nos une es mucho más fuerte que lo que nos divide. Recordarlo en esta “tregua dieciochera” es esencial si queremos superar el discurso polarizante. En esta línea, el reciente Informe de Desarrollo Humano “¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?” (PNUD, 2024) analiza en más de 300 páginas el país que estamos construyendo, guiando la reflexión. Describe los avances logrados, pero advierte sobre la dificultad de las elites para acordar y canalizar institucionalmente los cambios que la ciudadanía sigue demandando y necesita, como un Chile más seguro, con más derechos sociales y crecimiento económico. Pese a una convergencia en las aspiraciones, las personas expresan su desconfianza en los liderazgos con autoridad, y pesimismo frente al presente y el futuro, agravado por la incertidumbre global y los cambios acelerados.
No obstante, el estudio también identifica grandes oportunidades para que Chile supere su actual estancamiento y los factores que permitirían avanzar hacia un desarrollo humano sostenible. Al consultar a la ciudadanía, el 88% expresa deseos de cambio, aunque prefiere que se realicen de forma gradual, una lección aprendida tras los plebiscitos de 2022 y 2023. Además, existe una alta valoración de la democracia y sus instituciones, junto con una revalorización de los proyectos comunes. Se observa también una marcada intolerancia hacia la desigualdad y las inequidades de género, señalando claramente hacia dónde deben orientarse las reformas pendientes, como pensiones y la sala cuna universal.
Para que los cambios estructurales se concreten, el crecimiento económico y la promoción de acuerdos pragmáticos son indispensables, enfrentando tanto los desafíos sociales como los redistributivos. El PNUD llama a mejorar la calidad del debate público, procesar los conflictos de manera constructiva y replantear los acuerdos de forma realista, sin perder de vista la confianza en las instituciones democráticas. No es una tarea fácil, pero es esencial para garantizar que el desarrollo humano sea inclusivo y sostenible a largo plazo.
El llamado a la unidad y a un gran acuerdo nacional de esta semana debe traducirse en una voluntad política clara y una visión de Estado que permita seguir avanzando sin distracciones ni cálculos electorales a corto plazo, para construir un país donde el bienestar de todos y todas sea el objetivo común. Un país cohesionado y con esperanza en el futuro.
Por Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de ComunidadMujer
Fuente: La Tercera