Por Alejandra Sepúlveda Peñaranda, presidenta ejecutiva de ComunidadMujer
“Uno podría decir que hoy como nunca las mujeres han ganado terreno, pero lo que no se puede decir es que no haya una reacción en contra a esa ganancia”, la reflexión es de la premio nacional Carla Cordua, una de las más prominentes filósofas chilenas, quien en el libro Las Niñas Pueden (ComunidadMujer, 2018) advertía: “tenemos que tener cuidado, estar alertas y reclamar ante quienes quieren hacer de la preocupación por nuestra propia suerte una cosa vergonzosa”.
Recordar estas palabras parece muy oportuno para comprender algunas formas nítidas de reacción (backlash) adversa, al impulso de las mujeres por acceder a mayores oportunidades y al pleno desarrollo de sus proyectos de vida. Un esfuerzo más que justificado a juzgar por todas las brechas de desigualdad que ellas enfrentan y han sido ampliamente estudiadas.
Algunos artículos de prensa internacional están ya abordando aristas del problema. Por ejemplo, el Financial Times, en un reciente reportaje sobre el desarrollo de carrera de ejecutivas que han “escalado la ladera” en la industria minera, señala cómo al tiempo que este sector ha realizado un cambio “fenomenal” en la incorporación de mujeres, también comienza a escuchar ciertas voces de resistencia -especialmente de hombres- que se refieren despectivamente a los programas de promoción de la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI, por su acrónimo en inglés) como “Didn’t earn it (“No me lo gané”).¿Será que a pesar de lo ya avanzado, hay quienes preferirían volver a cómo eran las cosas antes en vez de caminar hacia dónde deberían ir? Esto es, un mundo donde todo el talento está incluido en las oportunidades, lo que nos equiparía de mejor manera para abordar las soluciones a los desafíos que atraviesa nuestro presente y futuro.
Sin embargo, el sentido común no siempre es el que impera. De hecho, el índice de Normas Sociales de Género (PNUD, 2023), realizado a partir de la Encuesta Mundial de Valores, señala que 9 de cada 10 hombres y mujeres en el mundo siguen manteniendo un sesgo en contra de las mujeres: la mitad de la población global todavía considera que los hombres son mejores líderes políticos y más del 40% opina que ellos son mejores ejecutivos empresariales. En tanto, un alarmante 25% de la población cree que está justificado que un marido le pegue a su esposa. Terrible.
Si no convivimos en todos los espacios, ni compartimos responsabilidades laborales y familiares a la par y trabajamos en un ambiente de respeto y de valoración por el otro, difícilmente podremos superar estos estereotipos de género que aún inundan nuestras redes de conversaciones y nuestros comportamientos. ¿Qué nos puede ayudar? Las leyes y regulaciones que avanzan y están dando un verdadero empujón para alcanzar valores socialmente deseables como es la igualdad de género. Pero también debemos evolucionar culturalmente y en eso la educación de calidad y sin estereotipos es clave y prioritaria. El que no lo entienda corre el riesgo de quedar obsoleto y en los márgenes.