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Una reactivación sin mujeres no es reactivación

Lo hemos dicho: sin cuidado no hay trabajo ni desarrollo social y económico sostenible. El regreso de las mujeres al mundo laboral será complejo e incierto sin el impulso de la corresponsabilidad social y parental.

El efecto regresivo sobre la igualdad de género que esta pandemia ha dejado en evidencia confirma la urgente necesidad de impulsar una reactivación económica que considere de manera preferente la generación de empleos para mujeres.

Desde antes de esta pandemia, sabíamos que el vínculo de ellas con el mercado laboral era más débil, debido a las múltiples brechas que históricamente han jugado en su contra. Pero lo que distingue a ésta de otras crisis, es que representa la más profunda caída de la ocupación, a tasas de 36,3% en mujeres y 55,2 en hombres -no vista ni siquiera en la crisis del 80- y que los puestos de trabajo que más se han destruido son los que ellas ocupan mayormente: servicios personales, comercio, restaurantes y hoteles y trabajo en casa particular. 894 mil perdieron su empleo en un año (abr-jun 2019-2020).

El plan de inversión pública en infraestructura anunciado por el gobierno para crear 250 mil empleos, si bien es positivo, no beneficiará a las mujeres. En la construcción, minería, electricidad, gas y agua, transporte y logística, que se recuperarían con relativa rapidez frente a la sola apertura de la economía, ellas no están. Urge, por lo tanto, que las políticas públicas que se diseñen no sean neutrales en términos de género, porque ya sabemos a quiénes perjudica esa neutralidad.

El Grupo de Reactivación Económica de la Mesa Covid-19, convocado por el Ministerio de la Mujer y EG, ha planteado a las autoridades, entre otras medidas, que el subsidio al empleo actualmente en diseño diferencie el beneficio según género, con un monto superior significativo para las mujeres. Y, además, se acompañe con un subsidio para el cuidado de niños/as y personas dependientes. Asimismo, incluir salas cunas, jardines infantiles y centros de día para adultos mayores dentro del paquete de inversión en infraestructura y/o ayudas sectoriales, al ser instituciones esenciales en la cadena de producción, en los cuales trabajadores/as pueden delegar el cuidado de terceros.

Una señal auspiciosa con foco en el cuidado como reactivador de la economía es la primera “Guardería PRO” del municipio de Providencia, para niños y niñas de 6 a 12 años en horario laboral, que facilitará que padres y madres puedan volver al trabajo mientras permanecen cerrados los colegios. Si bien sólo cuenta con 36 cupos, es una iniciativa pionera que podría ser replicada en otras comunas, como complemento a otras muy necesarias de cuidados domiciliarios y comunitarios.

Lo hemos dicho: sin cuidado no hay trabajo ni desarrollo social y económico sostenible. El regreso de las mujeres al mundo laboral será complejo e incierto sin el impulso de la corresponsabilidad social y parental. También es clave apoyar sus emprendimientos y ponerlas en el centro de los procesos de capacitación para su inclusión digital, reconversión laboral y productividad.

La reactivación no será completa, justa ni aceptable sin las mujeres. El llamado es a innovar para no dejarlas atrás. Actuar ahora. Es un ganar, ganar.

Por Alejandra Sepúlveda Peñaranda, directora ejecutiva de ComunidadMujer.

Columna publicada en La Tercera el jueves 27 de agosto de 2020.