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Las reflexiones de Karen Thal y Rosario Navarro sobre los nuevos liderazgos empresariales

  • Las presidentas de Icare y de Sofofa participaron en un conversatorio organizado por ComunidadMujer y ChileMujeres, donde abordaron los ejes que marcan la diferencia a la hora de dirigir una empresa.

Los tiempos cambian y, junto con ello, también los desafíos sociales, políticos y económicos, los que requieren de un nuevo tipo de liderazgo empresarial para abordar estos temas de forma efectiva.

Esta fue la reflexión que logró reunir en un mismo lugar a la presidenta de Icare, Karen Thal, y a la de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Rosario Navarro, quienes fueron invitadas por ComunidadMujer, la fundación ChileMujeres y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En una conversación íntima en las dependencias de la OIT, ambas ejecutivas abordaron los aspectos que, desde su perspectiva, marcan la diferencia al momento de encabezar organizaciones y ayudan a reducir la desconexión con la ciudadanía.

“Si tuviera que mencionar tres características, diría que un buen líder es capaz de navegar el presente y el futuro. La segunda tiene que ver con una capacidad de escucha muy profunda. El salirse de tus propios paradigmas y estar siempre dispuesto a aprender algo nuevo, a escuchar algo nuevo. Y, la tercera, diría que es un grado de empatía profundo, genuino”, comenzó enumerando Navarro.

Luego fue el turno de Thal, quien planteó que la conexión entre los liderazgos del mundo empresarial y la ciudadanía han mejorado luego del estallido del conflicto social en octubre de 2019 y la posterior pandemia.

“Así como Chile despertó, yo creo que el mundo empresarial también despertó un poco. Un poco. Creo que pos estallido social se produjeron muchos remezones, algunos dijeron ´cómo no lo vimos venir´, y eso ha mejorado harto”, planteó.

Conversatorio Nuevos liderazgos empresariales

Sin embargo, pese a que desde la perspectiva de Thal la conexión ha mejorado, recalcó que al interior de la ciudadanía sigue existiendo una fuerte desconfianza y desconexión con las empresas. Esto, agregó, refuerza que los líderes se pregunten “¿cuánto conocemos a nuestros trabajadores?”.

Así, Thal ejemplificó que los liderazgos de las empresas deben, por ejemplo, preguntarse ¿dónde viven mis trabajadores?, ¿tienen casa propia?, ¿qué hacen sus hijos?, ¿qué estudian? ¿Cómo podemos ayudarlos?, entre otras interrogantes. “El hacernos estas preguntas es algo que mejora la conexión de los líderes empresariales con la sociedad finalmente”, recalcó Thal.

Sus palabras fueron tomadas por Navarro, quien agregó que en los últimos años se ha ido “deshumanizando” el hacer empresa, lo que ha agudizado la desconexión. “Se debe entender que las empresas somos personas, los empresarios somos personas y los trabajadores son personas, no estamos divididos en cajitas, (…) así como soy empresaria, también soy proveedora pyme de otra empresa y, al mismo tiempo, soy consumidora y también soy cliente. Hay que entender que la dimensión humana es muy profunda”, expresó.

En su intervención, Navarro también aprovechó de destacar la nueva impronta que han impulsado los liderazgos femeninos en distintos espacios, los que -desde su visión- han potenciado el trabajo colaborativo entre los diversos actores sociales.

“Estamos viviendo de verdad una colaboración radical y creo que eso, en gran parte, perdón a los hombres presentes que tienen la valentía de estar aquí, tiene que ver con esta manera de entender la colaboración de una forma distinta. Porque un organismo solo no lo logra, una persona sola no lo logra”, afirmó, recalcando que este actuar es un eje crucial de los liderazgos femeninos.

Los desafíos
Consultadas por los desafíos para los liderazgos, Navarro planteó que, en el caso de los gremios empresariales, se relacionan con entender que pueden incidir y decidir en diversos temas y espacios.

Para graficar esto, comentó que las organizaciones gremiales pueden participar en diversos foros, conversatorios y llevar sus opiniones y planteamientos, lo que se vincula con el incidir.

“Pero hay otro brazo, que es el de decidir, y que a veces nos cuesta más desde los gremios empresariales hacernos cargo, donde de verdad podemos mover la aguja. Y, en ese sentido, requiere harto coraje y valentía decir qué estamos haciendo mal y hacernos esas preguntas que Karen nos convidaba a hacernos”, planteó.

Esto, desde la visión de Navarro, implica que, por ejemplo, las empresas se hagan cargo de los servicios post venta. “Si no nos hacemos cargo, de verdad, de que el negocio de hacer buenas empresas está en tener clientes contentos y dar el servicio y cumplir con una propuesta de valor que hemos prometido, estamos fregados”, recalcó.

Sus palabras generaron eco en Thal, quien añadió como otro desafío el hecho de que las empresas midan y dimensionen cómo impactan en las personas, en la sociedad, en las comunidades, entre otros. Medir, de manera más concreta, si los clientes quedan conformes y brechas salariales, entre otros.

La brecha laboral femenina fue otro aspecto abordado por ambas voceras. Aquí cada una a su turno subrayó como clave dar espacio al talento femenino, y enfatizaron que es crucial que se avance en políticas públicas como la sala cuna universal para terminar con discriminaciones.

Artículo publicado en DF